Librerías con alma, librerías sin corazón

Hola a tod@s quisiera compartir con vosotr@s un hecho que tuvo lugar el pasado 8 de mayo en la localidad de Rota.

No sé si a estas alturas sabréis que Edición Marsupio la componemos mi pareja Cristina y yo, que me ocupo de la escritura del libro, mientras que ella realiza las labores de corrección del texto, algo que a veces le resulta divertido cuando encuentra alguna extraña palabreja fruto de mi dislexia, así como de la actualización de contenidos del blog y aportaciones de ideas para el libro.

En fin, que somos dos personas que intentamos vivir de este trabajo con nuestro esfuerzo y para ello somos nuestros propios productores y distribuidores de los libros, algo que resulta realmente agotador, ya que son muchas horas de caminata para que nuestros títulos acaben en las estanterías de las librerías que no tienen ningún inconveniente en colaborar con nosotros.

Imagino que la gran mayoría de vosotr@s no sabe cómo funciona el mundo editorial y es posible que creáis que un escritor “vive del cuento”, nunca mejor dicho. Pues excepto casos muy limitados en los que los libros del escritor obtienen ventas enormes y se hace muy, muy rentable, esto no es así.

Las editoriales son las que mayor porcentaje se llevan de cada ejemplar que compráis en una librería y es curiosamente a quién más barato le sale producir un libro, ya que, dependiendo del lugar o del país en el que sea impreso, un ejemplar que pagáis a un precio de 20€ a ella le puede haber salido por menos de 1€ de costo. ¿Cómo es posible que haya tanta diferencia entre el producto recién salido de la imprenta y el precio final?

La respuesta está en el margen de beneficios que quiera obtener cada intermediario y en el número de estos que haya hasta que el libro llega a ti.

Sabemos por la experiencia acumulada en este año y medio, que llevamos de andadura, que el escritor tiene mucha suerte si la editorial le da un 10% del precio final, ya que la mayoría de las veces tiene que conformarse con un 8% o si es un escritor novel, a quién nadie conoce, sólo obtendrá un 5%, es decir, si el precio final es de 12,50€ a su bolsillo llegarán 1,25€ (10%), 1€ (8%) o 0,62€ (5%), el resto del importe que pagas por el ejemplar va a la editorial, a las distribuidoras, impuestos del estado y a las librerías, las cuales, dependiendo de la editorial a la que pertenezca el libro, pueden llegar a embolsarse un 20%, un 25% ó un 30%, hasta 3 veces más que el escritor si éste tiene un beneficio del 10% o hasta 6 veces más que él si sólo ha conseguido un 5% en el convenio con la editorial.

Con esto quiero dejar claro que, como ocurre en la agricultura o cualquier otro medio de producción, la persona que más sufre para crear una historia es la más infravalorada y la que menos beneficio obtiene de su esfuerzo.

No nos engañemos, escribir un libro no es fácil y tras las páginas de una gran historia hay muchas horas en las que el escritor ha estado creándola; horas de enfado, por no conseguir plasmar la idea que quiere transmitir; desesperanza, por ser incapaz de que las ideas fluyan y se pueda continuar la historia, cuando aparecen esos tan frecuentes bloqueos y de los cuales parece que nunca vas a poder escapar.

Por suerte, tras esa rabia, impotencia y con frecuencia llantos de desesperación aparece una gran idea que suple todo el sufrimiento anterior y aunque el dolor no pueda compararse jamás con el del alumbramiento de un nuevo ser humano sí que la creación de cada nueva historia es, al fin y al cabo, como el parto de un nuevo ser vivo que contiene las penas, las alegrías y las experiencias de la persona que le ha dado vida.

Como os iba diciendo un escritor novel es el eslabón más débil de la cadena y por eso muchos de ellos, al igual que hemos hecho nosotros, deciden apostar por sus creaciones sin tener el “apoyo” de una editorial y lo pongo entre comillas porque “apoyo” en realidad no hay, es más una estafa legal.

En los estantes de las librerías encontraréis muchos libros de estos autores que se las ingenian buscando una imprenta que les haga un buen precio o bien buscan una seudo-editorial que lo que en realidad hacen es venderle un número determinado de libros a un precio mucho mayor que el de la imprenta a cambio de llevar un sello editorial, pero que en la mayoría de los casos ni se encargarán de distribuir el libro ni de hacerles publicidad, con lo cual el escritor tendrá que apañárselas solo para hacer las labores de distribución y publicidad. En mi opinión esto es aprovecharse de las ilusiones de una persona a cambio de un “sello” que diferencie su libro de otro autor-editor que prefirió buscarse la imprenta y poder vender su libro a un precio más asequible.

Esto último es lo que hicimos nosotros y por eso podemos vender nuestros libros a 12,50€, ya que la edición es nuestra y la distribución también, de modo que entre el lector y el escritor sólo existe la imprenta y la librería cuyo beneficio es del 20%. Eso sí, el precio que la imprenta nos hace no es ni de lejos el que les haría a una gran editorial, ya que ésta cuenta con la posibilidad de realizar un pedido de gran volumen lo que reduce el precio de costo, como he comentado antes, a precios irrisorios con respecto al valor final, mientras que a nosotros nos sale casi a la mitad del precio final.

Una vez conseguido el objetivo de poder vender tu libro en papel, el autor no tiene otra opción que ir de librería en librería mendigando la posibilidad de que el/la librer@ sea buena persona y le acepte el libro. Digo mendigando porque en multitud de ocasiones nos hemos sentido como mendigos, ya que, de entrada, hay librerías en las que te miran con desconfianza o incluso como si fueras escoria que vas a perturbar la grandeza del establecimiento con tus “aires de escritor muerto de hambre”.

Si consigues que te acepten el libro tendrás que dejar los ejemplares en depósito, es decir, la librería se queda con tus libros sin realizar ningún desembolso y si vende algún ejemplar el autor podrá cobrar la parte del libro que haya pactado con la librería y si no hay ventas durante un determinado tiempo el escritor podrá retirar los ejemplares sin haber obtenido ningún beneficio.

Ahora que conocéis como funciona un poco todo este mundo voy a comenzar a contaros lo que nos sucedió en esta conocida librería de Rota, cuyo nombre no voy a mencionar, no por las amenazas que nos hizo si contábamos lo sucedido en su librería sino porque no voy a perjudicarle directamente, ya que, si habéis leído alguno de mis libros, sabréis que existe una justicia mucho más eficiente que la que puede realizar cualquier juzgado de la tierra por muy buenas leyes que tenga.

En definitiva fuimos a esta librería a retirar un par de ejemplares que les habíamos dejado en depósito el 9 de julio de 2012, debido a que una amiga nos había informado de que uno de los ejemplares estaba en el escaparate bastante descolorido. Habíamos estado en noviembre pasado y la chica que nos atendió no sabía nada del libro, así que lo buscó y los encontró entre los libros de las estanterías dentro del local, bastante ocultos. Pues bien, cuando le solicitamos al librero, que fue el que nos recogió los libros en julio, que nos devolviera los ejemplares sacó uno de las estanterías y luego cogió el que estaba en el escaparate. Nuestra amiga tenía razón, la diferencia de color entre uno y otro era bastante notable. Le pedimos amablemente al librero que nos abonara el precio de costo para él del libro deteriorado y se negó en rotundo, alegando que estaba en el escaparate porque yo se lo había pedido y que si se había decolorado no era culpa suya sino del Sol.

Le respondí que en ningún caso le había pedido tal cosa, puesto que no era mi establecimiento y no soy nadie para pedir eso, pero que sí le había dejado un folleto con la foto de la portada para que lo colocara en lugar visible y que, sin embargo, él lo había cogido con desgana y lo había echado sobre un montón de folletos más que había en el mostrador. Como ya hemos apuntado en noviembre los libros estaban en las estanterías del interior y por tanto lo que él alegaba no era cierto, puesto que lo había colocado en el escaparate bastante después del día en el que realizamos el depósito.

Le acusé de dejadez, pues ninguna persona que pretenda vender algo lo dejaría al Sol sabiendo que se echa a perder y, por tanto, va a perder un producto que le ha costado dinero. Pero, claro, nuestro libro no le había costado nada y tampoco pretendía cuidar el depósito para que el escritor pudiera recuperar su inversión si no la vendía, ya que a esta persona le importaba poco el esfuerzo de cualquier otra que intenta ganarse la vida.

Total, que tras llamar varias veces a la policía para que intercediera en el asunto sólo conseguimos evasivas y consejos de que denunciáramos al librero por vía judicial para reclamarle los 10€ que nos debía por haber estropeado el libro.

Pedimos al librero que nos devolviera los ejemplares para tener la prueba del delito, así como su correspondiente resguardo de retirada del producto por el hecho acontecido y se negó en rotundo a darnos nada si no le devolvíamos la copia que teníamos nosotros del depósito. Muy vivo, él quería deshacerse de las pruebas que pudieran inculparlo, en este caso nuestro resguardo de depósito y retirada por deterioro

Tras un tira y afloja optamos por decirle que vendiera el libro como pudiera y nos pagase nuestra parte. Él muy triunfal coge los libros y los tira directamente a la papelera, tras haber traído del bar de enfrente a un supuesto “entendido” en materia de albaranes, otro intento de salirse con la suya dejándonos como imbéciles.  Cuando le exigimos que nos los devuelva y que no los tire, nos dice que o le damos el resguardo o no hay libros. Cogió su copia y la hizo un gurruño para destruirla. Sintiéndonos completamente indefensos y queriendo recuperar, al menos, los libros le entregamos nuestro resguardo de prueba a cambio de los libros. Con los libros en mano, se los muestro a los clientes que llegan para que vean la diferencia, puesto que cada vez que entraba un cliente intentaba hacer ver que queríamos estafarle. El librero reacciona ofendiéndonos deliberadamente y antes de abandonar el establecimiento intenta darme un golpe en la espalda, pero veo sus intenciones y me quito de su radio de acción para esquivar el golpe.

Aquí podéis ver la diferencia entre el libro decolorado y uno en perfecto estado.

Como el libro está en perfecto estado, a excepción del color de la portada, hemos decidido regalarlo a la primera persona que quiera quedarse con él. Si estás interesad@ en obtener el libro del incidente completamente gratis sólo tienes que enviar un correo a edicionmarsupio@yahoo.es poniendo en el asunto “libro decolorado” y nosotros te remitiremos la dirección de Jerez de la Frontera a la que podrás acudir para recogerlo. La persona seleccionada tendrá un plazo de 3 días para recoger el ejemplar, de lo contrario la posibilidad de adquirirlo pasará al siguiente remitente que lo haya solicitado.

Después del incidente, nos dirigimos a la siguiente librería de Rota a la que teníamos que acudir para reponer varios ejemplares que había vendido y sinceramente no hay color. El equipo de librer@s de Librería Tartessos nos trató con la amabilidad habitual y se solidarizó con nosotros al ver el estado en el que el libro había quedado.

Pero la cosa no queda ahí, siguiendo ruta llegamos a Papelería Rocío en Sanlúcar de Barrameda y tras conocer el incidente no sólo nos mostró su solidaridad sino que incluso rebajó su porcentaje de beneficio de los libros vendidos en un intento de compensar nuestra mala suerte.

Librerías como estas dos últimas mencionadas hay muchas en nuestros puntos de venta y son las librerías con alma que deberían existir y no las rastreras con las que a veces hay que lidiar.

Durante este año y medio hemos visitado librerías que nos pedían un 35 ó 40% de beneficios por tener nuestros libros en sus dependencias, cuando realmente ninguna editorial les ofrece esos porcentajes y aún así intentan estafar al escritor novato que, con sus buenas intenciones, intenta hacerse un hueco en el mundo de la escritura. Concretamente, esto nos sucedió en una librería de El Puerto de Santa María que al final accedió a quedarse con 4 ejemplares en depósito, pero eso sí, por un mísero 20% no me lo iba a poner en el escaparate. Unos meses más tarde decidimos quitar nuestro libro de esa librería porque no queríamos tratar con una persona a la que sólo le interesan los porcentajes de beneficios.

A partir de aquí todo el que nos pedía más de un 20% o no era amable pasó a ser no apto para vender nuestro libro.

En otra ocasión, también en una librería muy conocida, esta vez en Sanlúcar de Barrameda, la librera nos aceptó el depósito de los libros con la condición de si en 3 meses no había habido venta, pues que iríamos a retirarlos.

Como es habitual en nosotros, cada primeros de mes llamamos a las librerías para saber si ha habido alguna venta, así que todos los meses llamábamos a esta librería y la señora nos decía: “no ha habido ventas, ¿cuándo quedamos en que venías a recogerlos?” La misma pregunta todos los meses y cuando llegó el día de retirada y llegamos al local, la mujer muy tranquila, abrió una puerta detrás de sí que resultó ser el baño. Entró en él y sacó nuestros libros que deberían haber estado en las estanterías de la librería hasta la fecha de retirada.

Incapaz de contenerme le solté: “bonito lugar para vender libros”. Ella se indignó por mi comentario y me respondió que los libros habían estado expuestos y que ella decidía dónde colocarlos cuando no se vendían. Le di las gracias y nos marchamos de allí con nuestros libros para no volver jamás, por mucha fama que tenga dicha librería.

Por todo esto y mucho más, cuando vayáis a una librería preguntad al dependiente si tiene libros de autores/editores y si os llama la historia del resumen compradlo, porque hoy es posible que el autor sea completamente desconocido o que incluso no venda un solo ejemplar por no estar avalado por una editorial, pero mañana podría ser descubierto como uno de los autores más importantes del momento, como ocurre con muchos escritores cuyas obras son hoy éxitos, pero que vivieron y murieron sin ver el fruto de sus historias precisamente porque nadie confió en ellos.

Yo desconfío de los libros muy publicitados porque tras el exceso de publicidad, a veces, se esconde la pésima obra de un “personaje” reconocido que vende más por nombre que por buenas historias. Uso el término de “personaje” porque con frecuencia la redacción ni siquiera es suya, sino que ha sido realizada por otro escritor, por encargo del propio “personaje” o por una editorial que quiere sacar un nuevo producto a la venta aprovechando la popularidad de la persona en cuestión.

En otras ocasiones han sido escritos por autores con obras importantes, pero la publicitada en cuestión no es ni de lejos tan buena como las anteriores, pero la editorial aprovecha el prestigio del escritor para sacar un beneficio.

He leído más de un Best Seller que poco tenían de Best Seller, es más no entiendo cómo ha podido ser publicado debido a lo pésimo del contenido. Lo miréis por dónde lo miréis, cada título es una lotería, no podemos confiar en que será una buena lectura ya sea Best Seller, ya sea de un autor famoso o de uno novel.

Si has sido capaz de leer hasta aquí, muchas gracias por tu atención y tu tiempo.

Juan Mejías.